Ser mujer es algo maravilloso. Sin embargo, el patriarcado en el que vivimos en
muchas ocasiones nos resulta algo pesado y difícil, tanto así que hasta llegamos a
pensar que decir lo que queremos y sentimos es un “factor de riesgo”.
Mi interés en este tema lo despertó una maravillosa charla que hace algunos días
nos compartieron en “Asuntos de Mujeres sobre ¿De qué hablamos cuando
hablamos de feminismo?”. Este hermoso encuentro despertó en mi la curiosidad
de preguntarme y responderme ¿Soy capaz de decir NO? ¿Me he sentido
valorada y respetada personal y laboralmente?
Y ante esas interrogantes empezaron a venir a mi mente miles de recuerdos y
respuestas.
Me felicité conscientemente por todos los no que le di asertivamente
Hace muchos años trabajaba en una importante corporación en Venezuela, desempeñándome como Jefe de Recursos Humanos y sorpresivamente decidieron crear “sin ton ni son” como dicen por allí un cargo superior: Gerente de Recursos Humanos, al cual designaron en un abrir y cerrar de ojos a un Señor con una dudosa experticia y conocimientos en el área. Quien además lo único que le interesaba era mandarte, que le hicieras todo porque él no sabía nada y cuando uno le decía que NO lo iba a hacer el intentaba seducirte.
Al recordarme de este personaje me felicité conscientemente por todos los NO
que le di asertivamente y sin vacilar, en más de una ocasión, y por haber decidido
solicitar un cambio de área y recibir una respuesta tan maravillosa de un líder
brillante, un hombre muy inteligente, todo un caballero, que no sólo me cambió de
área sino que además me ascendió y me subió el salario. Definitivamente esto me
recuerda aquella simpática frase que dice “hay de todo en la viña del señor”. Y a
nosotras las mujeres parece que nos toca lidiar con todo, no parar y seguir
adelante.
Nosotras somos una especie de trapecistas-malabaristas (a nivel familiar, laboral ,personal, hogareño,…) Somos capaces de manejar altisimooooos niveles de
presión y continuar adelante sin detenernos…
Muchos y muchas pensamos que las mujeres debemos estar disponibles los 7
días de la semana, las 24 horas cada día. Y no nos damos cuenta que estamos
estresadas, cansadas, al borde, tristes, agobiadas o muy down. Y que queremos
ser felices, sentirnos amadas, respetadas y valoradas.
Pero, ¿nos tomamos un tiempo para estar con nosotras mismas, para darnos todo el amor posible, para enfocarnos en las cosas que hemos hecho maravillosamente bien?.
Y cuando pienso sobre ello surgen en mi las interrogantes:
¿Será que nosotras también somos “Machistas”?
¿Nos respetamos?
¿Es el espejo quien nos recuerda que la vida corre sin parar?
¿Nos detenemos para ocuparnos de nosotras mismas?
Toma un tiempo para tí
Tomarnos un tiempo para estar consciente de nosotras mismas, de quienes
somos y que queremos, un espacio para despejar nuestra mente, para ser
amorosas y amables con nuestro propio ser y para no autodestruirnos, es una
lección que sólo depende de nosotras. Y recordemos lo que nos decía Zig Ziglar ,
(escritor y orador motivacional estadounidense) “La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú. Ten cuidado entonces con lo que te dices a ti mismo”.
Así que mis queridas lectoras prestemos atención a cómo nos tratamos, si
estamos siendo amables o no con nosotras, a que hagamos pausas y disfrutemos de lo que realmente nos gusta, pues respetarnos, cuidarnos, felicitarnos, querernos es nuestra decisión y “…el respeto y el amor empieza por uno mismo”.
Quizás el mensaje que estos temas del machismo nos están enviando, es que si
bien es cierto que el “Sr. Machista y su cultura” si existe, los verdaderos cambios
comienzan dentro de cada una nosotras. Así que la invitación para cada una es
tomar consciencia de que “No podemos dejar que las percepciones limitadas de
los demás terminen definiéndonos” como decía mi siempre recordada Virginia
Satir.
En muchas oportunidades olvidamos “Querernos” y damos prioridad a otras cosas menos importantes. No nos percatamos de que tenemos en nuestras manos la posibilidad de tomarnos unos momentos para hacer una pausa y relajarnos, así como para hacer las cosas que nos gustan y que nos hacen sentir muy bien.
Les comparto unos hermosos y sencillos ejercicios que nos recuerdan cuan hermoso y noble es prestarnos atención a nosotras mismas.
Nunca olvidemos que en nuestra manos siempre tenemos la libertad de
respetarnos, valorarnos, felicitarnos y amarnos, así como decir que cosas nos
hacen sentir bien y cuáles no, a que estamos dispuestas y que no queremos
hacer.
Por último, recordemos que las trapecistas y las malabaristas también se
quieren y se cuidan….
“Uno de los mayores remordimientos en la vida es ser lo que otros querrían que
fueras, en lugar de ser tú mismo”.
Shannon L. Alder
Artículo escrito para Asuntos de Mujeres, revista digital
Saludos,
Zoramar Oviedo,
CEO Mindfulness at Work LATAM
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