¿Despechada yo? Despidiendo a mi basura emocional

Usa el dolor como una piedra en tu camino, no como una zona para acampar.

Alan Cohen

Para muchas de nosotras librarnos de esa basura emocional que cargamos encima, que se adueña de nuestros días, que nos consume,…, no es un proceso fácil.
En ocasiones estamos tan sobrecargadas de dolores, ofensas, traumas,…, del
pasado y/o del presente, que los días pasan y no nos damos cuenta que nuestra vida sigue, y que el tiempo no se detiene.

Aprender a deslastrarnos de esa basura emocional que llevamos encima es un hermoso privilegio que tenemos cada una de nosotras. Si bien es cierto, no podemos evadir los hechos que nos causan dolor, sí podemos aprender a evitar permanecer en ese círculo negativo que nos hace daño. No se trata de que evitemos las emociones, es aceptarlas tal y como ellas son, y aprender a manejarlas de una manera que no nos haga daño. Y como nos decía el pintor
Vincent Van Gogh “No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin darnos cuenta”.

Donald Altman, autor del libro “Cómo Limpiar tu Basura Emocional”, nos dice que reconocer y limpiar la basura emocional “…es algo así como el primer paso en la reprogramación de un ordenador. Si no reconoces los programas habituales de pensamiento perjudicial que están dañando el disco duro de tu cerebro, ¿cómo pretendes reparar el sistema operativo?”. Y, mientras estoy transcribiendo esta cita, viene a mi mente el closet, si amigas “el closet” , ese lugar nuestro, donde guardamos nuestro vestuario para el día a día, y para las ocasiones especiales, y en el cual muchaaaaas veces almacenamos esos vestidos, esos zapatos, …, todas esos artículos que ya no están en línea con nuestra forma de ser, con nuestros gustos, con nuestra tallas, esas cosas que ya no se adaptan a nosotras, y que solo ocupan un lugar en el closet, el cual necesitamos tener disponible para todo lo nuevo que queremos tener y guardar…Y quizás estén preguntándose qué me estará diciendo Zoramar, y lo que quiero decirles es que definitivamente limpiar nuestro cerebro y nuestro closet, sacar las cosas que ocupan un lugar y ya no tienen razón de estar ahí, es fundamental para sentirnos bien, más ligeras, con más espacio para los nuevos objetos y para los nuevos seres.

Todas en nuestra vida en alguna ocasión nos hemos sentido despechadas.
Ese sentimiento, que surge como dicen algunos autores, cuando nos sentimos abandonadas, cuando se rompe una relación, y cuando nos cuesta admitir la decisión que “EL” tomo por nosotras, ese punto final que tanto nos cuesta aceptar.
Y, es verdad, si bien es cierto que hay cambios que son muy tristes, duros y
difíciles, es fundamental tener presente que existen técnicas que nos ayudan
a manejar esas emociones, esos pensamientos y esos sentimientos que nos
abruman, y despedirnos con dignidad y en paz de nuestro despecho, OJO y
no es negación, es simplemente aceptar y afrontar lo que nos pasó y decirles
a todas esas sacudidas, que nos paralizan o que nos persiguen, Adiós…Good
Bye….

Y por favor recuerden lo que nos decía Adam Smith: “Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces” 

El Frasco de la Calma (Método Montessori)

A continuación te comparto un sencillo ejercicio, que nos ayuda a sacar nuestra basura emocional, a manejar el despecho y no dejar que este sea el que se devora nuestra vida. Las invito a practicarlo….

Este sencillo ejercicio nos ayuda a sentirnos más tranquilas y de mejor ánimo
cuando nada parece funcionar.
Necesitas: 1 frasco de plástico o de vidrio transparente con tapa, 1 o 2
cucharadas de pegamento con brillo, 3 o más cucharadas de escarcha de los
colores que tú quieras, 1 gota de colorante y agua caliente.

¿Qué vas a hacer?

  • Primero, vas a mezclar en el frasco el agua caliente con el pegamento.
  • Segundo, vas a ir poniendo en el agua, cucharitas de escarchas del color que tu quieras (te recomiendo máximo 6 cucharitas). Imagínate que en esa cucharita estas arrojando esa emoción y ese pensamiento que te entristece o te aturde, repite esto varias veces.
  • Y por último, cuando termines de lanzar las cucharitas de escarcha, cierra bien el frasco y con cuidado bátelo duro un ratico. Y, préstale atención a lo que pasa con el agua y con las escarchas mientras lo estas batiendo, luego colócalo en la mesa, y observa que pasa hasta que las escarchas y el agua se tranquilicen. Por favor, respira profundamente mientras lo haces, y recuerda que solo tienes que prestar atención al agua y las escarchas hasta que ellas se calmen OK? 

Muy probablemente mientras lees las instrucciones de este ejercicio te estas preguntando, ¿para que me sirve esto?, y la respuesta es muy sencilla,
simplemente nos ayuda a limpiar nuestra mente, a desahogarnos, a tranquilizarnos, a serenarnos, a sentirnos en calma…

Nuestra cabeza es un gran frasco repleto de escarchas de sentimientos, emociones y pensamientos, que cuando se mezclan en nuestra cabecita, ella se pone “igualita al frasquito cuando lo batías”. Y, por favor recuerda como nos decía Frank Zappa que “La mente es como un paracaídas. No funciona si no está abierta”. Y, si algo es importante para nuestro bienestar, nuestra salud y nuestra belleza interna y externa, es tener la mente limpia, sin basura, y abierta. Así que las invito a tener y conservar su frasco de la calma, ponerle piedritas y batirlo cada vez que lo necesite. Y que no se les olvide que cuando el frasco este muy lleno, siempre pueden conseguir otros frasco…

Y, por favor no olvides que:

La ira, el resentimiento y los celos no cambian el corazón de los otros, solo cambia el tuyo Shannon L. Alder

Saludos,

Zoramar Oviedo Gallo.

CEO MINDFULNESS LATAM

Artículo escrito para la Revista digital Asuntos de Mujeres

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