¿Quién tiene hambre?

Nadie está en control de tu felicidad excepto tú mismo; por tanto, tú tienes el poder de cambiar cualquier cosa sobre ti mismo o tu vida que quieras cambiar

Bárbara de Angelis

¿Quién tiene hambre? ¿Mi estómago? o ¿Mis ojos?

Muchas veces nuestra relación con la comida no es una tarea fácil. En ocasiones
las batallas que libramos con ella son tan duras que nos provocan una horrible
agonía emocional, además de depresión, impotencia, culpabilidad y hasta vergüenza.
Según muchos expertos en el tema actualmente existe una inmensa “epidemia de
trastornos alimentarios”, tales como: sobrepeso, obesidad, anorexia o bulimia.
Pareciera que nuestra relación con la comida es tan desequilibrada, que se nos
olvida cuán importante es la salud, los hábitos alimenticios y la calidad de vida.

Actualmente, nos parece tan obvio el hecho de comer, que nos alimentamos sin
estar conscientes de lo que ingerimos. Y mientras estoy escribiéndoles siento la
necesidad de invitarlas a responderse las siguientes preguntas cuando desayunan o almuerzan:

¿están trabajando y comiendo a la vez?

¿están pensando y comiendo?,

¿eres consciente de lo que estás comiendo? ,

¿están tus ojos disfrutando de la comida aunque tu estomago pareciera estar lleno y no tiene hambre?…


La Dra. Jan Chozen Bays, pediatra, maestra Zen y autora del libro “Comer
Atentos”, nos dice que: “Cuando aprendemos a comer atentos, nuestro poder
puede transformarse y pasar de ser fuente de sufrimiento a manantial de
renovación, autoconocimiento y deleite”.
Alguna vez te ha pasado que estás sentada frente a tu computadora trabajando y dices: “…no tengo tiempo…no me puedo parar para ir a almorzar…me como un snack grande (ruffles, doritos, platanitos, maníes,…) y listo”. Te levantas de tu silla, te vas a buscar tu bolsa, regresas a tu asiento y empiezas a consumirlo mientras
continuas haciendo ese importante informe, el cual te tiene agotada y estresada, y de repente uff ¿qué pasoooo ? Sorpresa…. Se vació la bolsita sin darte cuenta
que estabas comiendo.
Y quizás, estas comenzando a preguntarte: ¿qué me ocurrió que no me di cuenta
de que mi snack se estaba acabando?. Ante lo cual la Dra. Chozen nos responde
“…recuerda que la mente tiene dos funciones distintas: pensar y ser consciente.
Cuando no saboreamos lo que comemos, solemos atiborrarnos hasta reventar sin
llegar a sentirnos satisfechos”.

Ahora bien, ¿qué nos pasa cuando no nos sentimos satisfechas?, pues sencillamente como buenas detectives que somos, comenzamos a buscar algo
más que comer, y entonces inspeccionamos a fondo la cocina, los cajones, el
closet, la cartera, y esos escondites que nadie en nuestra casa conoce. Y, quizás
muchas ya estamos sonriendo mientras leemos estas últimas palabras.
Ann Wigmore, importante doctora estadounidense quien realizó distintos estudios
en torno al mundo de la alimentación, nos decía que:

”…La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno”.


Darnos un espacio para aprender a hacer de la comida una hermosa y agradable
“medicina” es para nosotras una bendición.

Hoy quiero invitarlas a todas a practicar un breve ejercicio de “Prestarle atención a MI COMIDA”. Puedes hacerlo cuando desayunas, almuerzas, meriendas o cenas
(te sugiero estar sola) y no necesitas ningún producto en particular. Por ejemplo, si
desayunas cereal con leche o agua, observa con curiosidad las hojuelas, su color,
su forma, su olor, su ruido cuando las masticas, y como cambia su textura a
medida estas que van absorbiendo el líquido. Cuando veas que ya has consumido
las 2/3 partes de tu plato, detente por un momento, tomate un sorbo de agua
lentamente y luego continua comiendo lentamente. Recuerda que “nuestro estómago” no se da cuenta tan rápidamente como quisiéramos de que “EL está
bien”, en ocasiones al ratoooo de haber comido es que nos avisa que ya está full.

Para nosotras ser conscientes del hambre estomacal es fundamental. Sin
embargo, alerta “CUIDADO”, hay otra hambre por allí, que en muchísimas
ocasiones le gana al estómago y es la conocida e impetuosa “hambre visual”.


¿Te acuerdas de aquel alegre y paradisíaco almuerzo con tu familia y amigos?

La comida estaba deliciosa, tus platos favoritos estaban allí, y por supuesto los
probaste y/o comiste todos. En una ocasión tan especial como esa, con cosas tan
deliciosas, ¿cómo no te las ibas a devorar? Almorzaste, seguiste conversando,
pasó un rato y sorpresa llegaron los postres, los cuales no sólo se veían
bellísimos sino que eran tus favoritos (casi estabas segura que los habían
preparado pensando en ti ). Y, aunque probablemente tu estomago empezó
a decirte “estás full”, “hace un ratico no querías comer más nada”, de repente te
sorprendes a ti misma cuando te escuchas pidiendo “pie de chocolate, quesillo y
torta de queso casera por favor”, y por supuesto , como no vas a ordenarlos si
son tus favoritos desde niña. Quizás tú estomago te sigue susurrando
“acuerdateeee que estoy lleno, por favor más comida NO” , tú simplemente lo
ignoras y te comes tus divinos postres. ¿Qué pasó? Estás que te estallas de tu
llenura porque sencillamente ganaron los OJOS, esos que al ver los sabrosos postres dijeron: “yo sí me los puedo comer…se ven tan ricos…que aunque el
estómago gritaba estoy repleto… ellos dijeron yo sí quiero”.

Prestar atención a los mensajes del estómago antes de comer, durante y después,
es fundamental para nosotras. Pues este aunque es algo lento siempre nos dice
cuando está bien.

Estar conscientes de sus mensajes es fundamental para nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra imagen personal.

Y antes de despedirnos recordemos una hermosa frase de Emma Watson, actriz,
modelo y filántropa británica…

Si no es por ti, ¿por quién? Si no es ahora ¿cuándo?

1 comentario en «¿Quién tiene hambre?»

Los comentarios están cerrados.