Nuestra tormentosa mente

Educar la Mente sin educar al corazón no es educar en lo absoluto.

Aristóteles

Te acuerdas cuándo fue la última vez que te fuiste a dormir y estuviste batallando con tus pensamientos y emociones, estabas deseoso de descansar, no querías pensar, pero mientras más tratabas de calmarte, más información te daba la mente para que te preocuparas. No importaba si cambiabas de almohada o de posición simplemente la “rumiación mental” parecía haber llegado a tu cama y no quererte abandonar.

A ninguno debe sorprendernos el activo movimiento que las emociones y los pensamientos tienen en nuestro cerebro. Según la opinión de múltiples expertos en el tema, un cerebro humano sano genera, entre 60.000 y 80.000 pensamientos al día y no todos son buenos. Y por su parte, las emociones según Marx Williams y Danny Penman “son un manojo de pensamientos, sentimientos desnudos, sensaciones corporales e impulsos”. La interesante vinculación entre pensamientos y emociones nos invita a tomar consciencia de cuán importante es manejar las emociones y los pensamientos y no permitir que los mismos conduzcan nuestra vida.

Hace mucho tiempo se consideraba que la forma en la cual pensábamos dirigía nuestras emociones; sin embargo, en los años 80 se descubrió que esto también funcionaba al revés, es decir que las emociones podían conducir nuestros pensamientos.

Así como cuando una nube tapa el sol, que sentimos que no hay luz sino oscuridad, los momentos de tristeza, agobio, angustia… pueden generarnos recuerdos, pensamientos y emociones que deterioran fuertemente nuestros ánimos. Aprender a manejarlos es nuestra decisión.

Practicar ejercicios con conciencia plena (Mindfulness) como el que les compartiré más adelante, refuerza habilidades tales como manejar los pensamientos y emociones, fortalecer nuestra flexibilidad emocional y nuestra resiliencia, nos ayuda a cuidar la salud, la tranquilidad mental y el bienestar.

A continuación les comparto el ejercicio “El Frasco de la Calma”, el cual está inspirado en la ideología de María Montessori (Médico y Educadora Italiana, 1870-1942). Inicialmente fue diseñado para niños, sin embargo actualmente es practicado por todas las edades. A mí me encanta, pues siento que es una excelente herramienta para controlar la mente tormentosa y no dejar que esta conduzca nuestros días. Los invito a hacerlo cada vez que lo necesiten.

El Frasco de la Calma

María Montessori

Material de trabajo: 1 frasco de plástico o de vidrio transparente con tapa, 1 o 2 cucharadas de pegamento con brillo, 3 o más cucharadas de escarcha de los colores que te gusten, 1 gota de colorante y agua caliente.

Instrucciones:

1. Coloca en el frasco el agua caliente con el pegamento. Luego, mézclala suavemente.

2. Comienza a poner en el agua cucharillas de escarchas del color que quieras (te recomiendo máximo 8 cucharillas). Imagínate que con cada una estas arrojando una emoción y/o un pensamiento que te entristece, te aturde y que no te deja tranquilo. Hazlo varias veces.

3. Cuando lances la última cucharilla de escarcha, cierra bien el frasco y con cuidado bátelo duro un ratico. Luego, préstale atención por un momento a lo que pasa con el agua y con las escarchas mientras lo estas batiendo. Después colócalo en la mesa y observa con atención que pasa con el frasquito hasta que veas que las escarchas y el agua se tranquilizan.

Por favor, respira profundamente mientras haces la actividad y recuerda que sólo tienes que prestar atención al agua y las escarchas hasta que ellas se calmen.

Muy probablemente mientras lees las instrucciones de este ejercicio te estas preguntando, ¿para qué me sirve esto?, y la respuesta es muy sencilla, simplemente nos ayuda a limpiar nuestra mente, a desahogarnos, a tranquilizarnos, a serenarnos, a sentirnos en calma.

Nuestra cabeza es un gran frasco repleto de escarchas de sentimientos, emociones y pensamientos, que cuando revolotean intensamente por esta, ella se pone “igualita al frasquito cuando lo batías”

Y, como dice una célebre frase Albert Einstein:

La mente es como un paracaídas: solo funciona si se abre.

Albert Einstein

Mantener nuestra mente limpia y abierta es esencial para cuidar nuestro bienestar y nuestra salud.

Artículo escrito para la Revista Estampas Periódico El Universal (Venezuela)